Esta es la pregunta que muchas parejas se hacen. Generalmente las personas van a terapia como el último recurso. Acuden a terapia individual o de pareja después de años de peleas y resentimientos con lo que están agotados y en muchos casos sin motivación o energía para continuar. En cualquier caso puede ser beneficioso, ya sea para darse cuenta de que aún les une algo o que por el contrario la relación ya ha llegado a su fin.
Un buen indicador para considerar ir a terapia, bien de pareja o individual es cuando la pareja ha intentado resolver sus “dificultades” por si mismos y se ven atrapados en una dinámica destructiva de la que no pueden salir, llegando a la conclusión de que han perdido la perspectiva.
Hay situaciones generales que se refieren a la dinámica de pareja como por ejemplo:
- La falta de comunicación, la sensación de que cada vez que uno le habla a su pareja, se está dando de cabeza contra un muro.
- La falta de deseo y la sensación recurrente de distancia física y emocional. Llegar a ver el sexo como una “obligación” o un arma de poder para conseguir lo que se desea del otro.
- Las conversaciones se vuelven complicadas y parece que se está yendo en círculos sin ninguna resolución.
- Debido a la frustración que todo esto genera, las conversaciones se vuelven tensas o incluso con tono agresivo y falta de respeto una y otra vez.
- Hay temas “candentes” que les hacen saltar inmediatamente y evitan incluso mencionarlos por miedo a que las cosas empeoren aun más. Hay temas intocables que se pueden prolongar durante años.
- Repetidas amenazas de ruptura y posteriores reconciliaciones en las que la relación “mejora” tras la amenaza pero al paso del tiempo vuelve a la situación anterior.
- Dudas continuas de uno o ambos sobre si habrán elegido a la persona “adecuada” por lo que no están ni fuera ni dentro de la relación.
- Hay tanto dolor y resentimiento que se duda de lo que se siente realmente por el otro.
Hay otras situaciones más específicas como puede ser:
- La incapacidad de superar una infidelidad y el resentimiento y desconfianza que esto produce.
- Los efectos de una adicción en la relación.
- Los efectos de una enfermedad seria o crónica de uno de los miembros.
- Problemas con la familia política.
- Diferencias sustanciales en la educación de los hijos.
- Problemas económicos.
- Crisis personales de alguno de los dos, crisis existenciales, de la mediana edad…etc
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Si tu relación de pareja se encuentra en esta situación y te gustaría probar la terapia, te animo a ponerte en contactoconmigo.
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